El desempeño de la propia autonomía es un factor muy importante para el desarrollo del niño. Sin embargo, en ocasiones, algunos padres olvidan fomentar esta habilidad.

Por qué es importante la autonomía

La falta de autonomía o la alta dependencia en un niño suele correlacionar con una baja autoestima. Los niños dependientes presentan poca fe en sí mismos. Con frecuencia necesitan la aprobación o el consejo sobre cómo comportarse. E incluso, en casos severos, no son capaces de saber, sin la valoración externa, lo que quieren saben o como se encuentran. 

Por el contrario, la autonomía proporciona a los niños la capacidad para afrontar retos. El niño autónomo se siente capaz para afrontar problemas y, además, tiene las herramientas necesarias para hacerlo.

Como educar en autonomía

Promover la autonomía es posible si los padres y el entorno educativo emplea un plan activo en este sentido. Podemos desgranar ciertas pautas que nos van a facilitar este trabajo.

No fomentar el miedo

El miedo es una emoción muy intensa, con una alta capacidad para bloquear al individuo. Aunque existen ciertos miedos innatos, la gran mayoría de ellos son aprendidos. Es normal que los padres enseñen a sus hijos a que peligros deben temer. Sin embargo, este aprendizaje ha de ser equilibrado. Ha de ser de una intensidad proporcional al objeto de peligro. 

Es muy común en los padres excederse en la alarma en diferentes aspectos que, quizá, no tengan tanto riesgo. Con la paternidad se desarrolla un mayor instinto de protección que, exacerbado, puede ser un fuerte limitante para el desarrollo. 

De esta forma, primero debemos controlar nuestros miedos como padres, valorar su incidencia real y calcular el riesgo real. De este modo, podremos saber hasta qué punto podemos dejar que el niño experimente por sí mismo. 

Recordemos que podemos advertir sin alarmar.

Reforzar el esfuerzo

Cuando el niño logra sus propias metas es cuando se da cuenta de lo que es capaz de conseguir por si mismo. Igualmente, cada vez que consiga superar una dificultad podemos reforzarle, reconocerle su habilidad y motivarle para nuevos objetivos.

Debemos también enséñale, que el error no es un fracaso, sino una oportunidad de aprender.

Apuntalar su autonomía

Una cuestión importante son las metas que le vamos a proponer. Los niños, sobretodo a ciertas edades, no tiene límite con sus metas. Quieren alcanzarlo todo. Si les dejamos afrontar solos todos los retos, van a encontrar frustraciones constantes. Tampoco podemos decirles que no son capaces (aunque realmente no lo sean). Vamos a facilitarles las herramientas necesarias para lograrlo. Vamos a ayudarles en la justa medida y a indicales los pasos necesarios en el camino a su objetivo.

Apoyo incondicional

El niño debe sentirse apoyado de forma incondicional. Debe percibir que su entorno le valora y cree en él. Se puede utilizar una crítica siempre que sea constructiva, en aras de enseñar las herramientas que necesita. Pero siempre con el enfoque de que él es capaz si se esfuerza.

El fomento de la autonomía individual va a crear niños más capaces y más felices. Supone un esfuerzo extra para los padres, pero realmente merece la pena.

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