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Educar en amabilidad

Desde muy pequeños, los padres, intentamos educar a nuestros hijos para que sean amables y se tengan buenos comportamientos hacia los demás.

Al principio parece sencillo, cuando el niño apenas está aprendiendo a hablar, es fácil conseguir que diga «por favor» y «gracias». Para él es un juego más y nosotros no le exigimos mucho más por su edad.

Es más complicado, cuando el niño es mayor y queremos que sea amable de una forma amplia, con toda su complejidad psicosocial.

Ser amable implica varios procesos psicológicos en los que hay que trabajar.

Empatía

Ser capaces de entender cómo se siente el otro, para un niño pequeño, no es sencillo. Y mucho menos sencillo es educarlo. La mayoría de las veces recurrimos al diálogo: «¿Cómo te sentirías si te lo hicieran a tí?» No está mal, pero es complicado que sea efectivo. Cuando le decimos esto al niño, suele ser cuando la conducta acaba de producirse. El niño está todavía imbuido en la emoción que le ha llevado a actuar así. Le va a ser difícil cambiar de una posición a otra.

Una forma más efectiva y sencilla es nuestro ejemplo. Gran parte del aprendizaje de los niños viene de la imitación. Nosotros podemos mostrar empatía en nuestro día a día, verbalizando más las situaciones en las que vemos que se ejerce.

También podemos usar el diálogo y contarle cómo nos ha ido el día, que nos ha pasado y como nos hemos sentido.

Fortalecer los vínculos

Otra forma de favorecer la empatía es fortalecer las relaciones familiares, compartir más tiempo y experiencias en familia. Al aumentar en conocimiento personal de cada miembro, sus intereses y sentimientos, el niño aprende a ponerse en su lugar.

Ese tiempo compartido también sirve de modelo al niño de como comportarse amablemente.

Mandar mensajes positivos

Los calificativos que enviamos al niño configuran, en cierta medida, su forma de sentir y actuar. Si le decimos «has sido muy amable con ese señor», le marcamos una pauta para el futuro, a la vez que reforzamos la conducta. Los mensajes negativos pueden crear frustración y bloqueo en futuras situaciones.

Voluntariado

La participación en asociaciones con fines sociales va a facilitar una conducta empática y sentimiento de satisfacción que va a ser difícil conseguir de otro modo. El nivel de implicación de puede graduar según la edad.

Utiliza la ficción

Igual que nos utilizamos a nosotros mismos como modelo, podemos utilizar modelos amables de ficción. Hay películas, cuentos y sobretodo, muchos libros que nos pueden ayudar. 

Los niños deben ser amables, no por la aceptación social, sino por la gratificación que les va a reportar. Hacer niños amables también va a ser un esfuerzo grato para nosotros.

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