Numerosos investigadores en Psicología están dedicando sus esfuerzos al estudio de la felicidad. Al fin y al cabo, la felicidad es considerada la meta última del ser humano. La felicidad es uno de los aspectos más significativos de la dimensión emocional y social del hombre. Y una sociedad más feliz, es también, una sociedad más fuerte, más saludable y próspera.
Sonja Lyubomirsky, profesora de Psicología de la Universidad de California, ha dedicado gran parte de sus estudios a este fenómeno. En sus investigaciones, ha encontrado grandes diferencias entre distintos individuos respecto a su capacidad para ser felices. Existen personas que, a pesar de la adversidad, son capaces de afrontar las dificultades y desarrollar la felicidad.
Sobre la base de estas diferencias, Lyubomirsky ha postulado que la naturaleza de la felicidad depende de aspectos genéticos y de personalidad, circunstanciales e intencionales:
- Genética y Personalidad: Las características heredadas y la propia personalidad, serían responsables del 50% de la capacidad para generar felicidad. Rasgos muy estables en personalidad, como la extraversión y el neuroticismo, han demostrado su influencia.
- Aspectos Circunstanciales: Hay variables sociales y demográficas como el sexo, la edad, la raza, la profesión o el nivel económico que influyen en la felicidad. Pero sólo el 10%.
- Actividad Intencional: Las acciones voluntarias en las que nos implicamos en nuestra vida diaria determinan el 40% restante. Esto nos entrega un amplio margen para el cambio y la generación de nuestra propia felicidad.
Los estudios de Sonja Lyubomirsky muestran que alcanzar la felicidad depende, en gran parte, de nosotros mismos. Solo tenemos que empeñarnos en conseguirlo.
FUENTE: Sonja Lyubomirsky
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