Nuestro cerebro, como cualquier otro órgano, requiere de nutrientes para desarrollar su actividad. Y como para el resto de nuestro cuerpo, existen alimentos aportan las sustancias que requieren nuestras neuronas (que no son pocas). El cerebro consume un alto porcentaje de las calorías que ingerimos cada día.
Estos son algunos de los alimentos que pueden ayudar en nuestro rendimiento mental:
- Arándanos – Importante fuente de antioxidantes. Están relacionados con la formación de la memoria a largo plazo. Además, contienen Vitamina C y potasio, necesario para la generación de los impulsos nerviosos.
- Almendras y Nueces – Estos frutos secos son ricos en fósforo, mineral fundamental para el sistema nervioso central. El déficit de fósforo puede ocasionar problemas en el procesamiento de la información. No debe faltar en nuestra dieta.
- Huevo – El huevo aporta Vitamina B6, imprescindible para la formación de los neurotransmisores: epinefrina, dopamina, norepinefrina, GABA (ácido gamma-aminobutírico) y acetilcolina.
- Pescado Azul – Diferentes estudios han demostrado como los ácidos grasos Omega 3 ayudan a mantener el equilibrio del líquido cefalorraquídeo, protegiéndonos de los trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer.
- Chocolate – Otro alimento que aporta antioxidantes para nuestra memoria. Pero también produce endorfinas, que mejoran nuestro estado de ánimo y son reductoras del estrés.
- Té Verde – Además de antioxidantes, aporta L-teanina, sustancia que ayuda a relajarnos.
- Avena – Otro alimento con potencialidad ansiolítica y reductora del estrés. También aporta Vitamina B1, que ayuda a la concentración e interviene en la salud de nuestra visión.
- Brócoli y coles – Muchas verduras aportan vitaminas esenciales para nuestro organismo. La coliflor, el brócoli, las coles de bruselas… aportan antioxidantes protectores de la isquemia cerebral, antihemorrágicos y antinflamatorios.
Un estudio de la Universidad de Ottawa determinó que el cerebro, como media, consume un 20% de las calorías de una persona en reposo. Así, que nuestro cerebro no es un órgano más. Alimentémoslo como se merece.