No es demasiado extraño ver en alguna ocasión a un niño hablar con algún amigo imaginario. Cómo la imaginación infantil es muy poderosa, es posible, incluso, que le hayamos visto como abraza al aire, coge una mano que no existe o ofrece asiento a la nada.

Es probable que los padres puedan preocuparse ante estas manifestaciones. Pero no hay motivo. El fenómeno del amigo imaginario es algo normal (en la inmensa mayoría de los casos) y no debe ser motivo de alarma.Entendemos por amigo imaginario un ser que realmente no existe o un objeto inanimado (un juguete, una muñeca) que es tratado como si tuviera voluntad y personalidad.

Puede aparecer en distintas edades dentro de la infancia, desde los dos años hasta los ocho. Aunque no todos los niños llegan a tenerlos. Los estudios concluyen que entre un 50-70% de los niños han tenido algun amigo ficticio.Algunos estudios apuntan a que los primogénitos y los hijos únicos podrían ser más propensos a desarrollar estos episodios. Pero ni la soledad o la falta de otros niños de su edad alrededor parecen ser un factor favorecedor.

Sin embargo, sí parece haber una correlación entre la presencia de un amigo imaginario en la infancia y una mayor creatividad en la adolescencia. Así que podríamos señalar que la creatividad juega un papel importante. Otros factores predominantes en estos niños es la empatía y el alto desarrollo lingüístico.

¿Que debemos hacer los padres? Lo mejor es actuar con normalidad. Ni reprender su actitud ni fomentarla. Únicamente habrá que vigilar que esa relación no le evite relacionarse con otros niños o sea disfuncional.

Los amigos imaginarios como vienen se marchan y no deberían ser un motivo de preocupación para los padres.

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