El papel de la mujer ha cambiado muy rápidamente en las últimas décadas. La incorporación al trabajo y el nuevo modelo de sociedad ha creado una generación de mujeres con un alto nivel de ocupación y responsabilidad en el día a día.
Un estudio de la Universidad de Umea en Suecia ha demostrado con datos este hecho. La investigación longitudinal ha analizado la vida de diferentes generaciones de mujeres y hombres con 30 años en diferentes momentos (1990, 1994, 1999, 2004, 2009 y 2014).
Si bien, con el progreso de los años, los hombres decían sentirse mejor, el bienestar de las mujeres ha ido bajando según avanzaban las décadas (con la única excepción de 1999, que hubo un pico de malestar en ambos sexos).
El análisis del estudio revela que las mujeres presentan mayores niveles de ansiedad. Profundizando, descubrimos varios factores que favorecen esta insatisfacción:
- Las mujeres actuales de treinta años, consideran que su situación económica no está acorde con su rendimiento y necesidades.
- Soportan una mayor exigencia en su puesto de trabajo.
- Sufren mayor presión social referente a las expectativas de éxito.
- Asumen, también, una importante presión referente a su apariencia física.
Con este grado de exigencia, se presentan niveles de ansiedad y estrés superiores a los masculinos. Las mujeres suelen asumir las mayores responsabilidades en el hogar, y en su entorno laboral, ponen todo su empeño para que los esfuerzos por conciliar ambos ámbitos no repercutan en su trabajo.
El sobreesfuerzo por adaptarse a todas las circunstancias conlleva un agotamiento físico y mental que repercute en su bienestar.
Los investigadores alertan de que estos niveles de ansiedad y estrés pueden desembocar en problemas de salud (trastornos de ansiedad, depresión o enfermedades cardiovasculares).
Las recomendaciones son claras: cuidarse. En la medida de lo posible hay que reducir los factores que están introduciendo estrés.
Se debe intentar implicar más al resto de la familia en las tareas del hogar, reducir la presión laboral y relajarse ante la presión social.
Dedicarse tiempo es importantísimo. Al menos una hora al día debe ser para nuestro propio cuidado, sin preocupaciones.
Nuestra sociedad está fomentando mujeres cada vez más estresadas. Hay que equilibrar nuestras vidas para recuperar el bienestar que tenían las generaciones anteriores.