La creatividad es un proceso muy complejo. Implica no sólo aspectos cognitivos y emocionales, sino también motivacionales. Tiene que ver con la capacidad para producir ideas originales, resolver problemas y concebir la realidad de forma poco convencional.
Las emociones son sensaciones subjetivas que tenemos ante determinadas experiencias. Y están relacionadas con los sentimientos, el afecto y el estado de ánimo.
La diferencia entre estado de ánimo y emoción radica en que una emoción aparece en situaciones específicas y durante poco tiempo. En cambio, el estado de ánimo es menos intenso y puede durar hasta meses.
Un amplío conjunto de estudios encuentran una relación entre los estados de ánimo positivos y la creatividad. Siendo más probable ser creativo cuando las emociones y el estado de ánimo son positivas.
El afecto positivo afecta a los procesos memorísticos incrementando el número de conexiones y facilitando la activación simultánea de varias ideas. Con mayor número de conexiones el contenido conceptual es más rico. Una activación simultánea de varias ideas hace más probable una asociación entre ideas novedosa.
Por otro lado, el estado de ánimo cambia la predisposición que tenemos para realizar una tarea. Con un ánimo positivo nos sentimos más seguros de nosotros mismos y nos hace más flexibles y audaces. Facilita una expansión de nuestra mente en virtud de esa autoconfianza.
Por este motivo, la educación emocional en la escuela mejora la comprensión y reconocimiento de las emociones, el análisis de los retos sociales, la capacidad para generar soluciones alternativas, la flexibilidad cognitiva y el rendimiento académico.
