A todos los niños les gustan los cuentos. En todas las generaciones, las historias contadas han sido herramientas para la transmisión de información, valores y creencias. Pero también, han servido para fortalecer los lazos entre adultos y niños. El interés de los cuentos no sólo está en las historias, sino también, en el tiempo compartido con ellos.

Beneficios

Leer cuentos a los niños tiene múltiples beneficios para los niños:

  • Contar cuentos, incluso desde una edad muy temprana, sirve de formación para la lectura. Por un lado, el niño ve un modelo en el adulto que lee, y por otro lado, el niño empieza a aprender el funcionamiento de los libros: como se abren, cual es el orden de las páginas, las partes de una historia (planteamiento, nudo, desenlace),…
  • El propio cuento es un modelo de educación. Por eso es tan importante elegir que le estamos leyendo. Con un cuento les enseñamos a superar los miedos, a expresar emociones, a hacer amigos,.. Los cuentos ayudan en la educación de valores.
  • Los libros favorecen el desarrollo intelectual. Con los cuentos empiezan a ejercitar la atención y memoria. Cada vez que se los leemos, van aprendiendo la historia y anticipando su desarrollo. Además, van proporcionadoles nuevos conceptos. Les transportan a situaciones que no ven en su día a día, con palabras que no suelen oír a los adultos. Las imágenes les facilitan apoyos para la integración neuronal.
  • Los cuentos desarrollan su imaginación. Y su imaginación es muy importante para crear nuevas conexiones neuronales. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de ideas que maneja nuestro cerebro no son objetos físicos tangibles.
    Las historias contadas favorecen el desarrollo de la reflexividad. Hacen pensar a los niños en la secuencia de la historia, en qué ha pasado y por qué.
  • El tiempo que dedicamos a contar el cuento les hace sentirse queridos. La propia actividad es un momento agradable para ellos. Se sienten más cercanos a nosotros.

Cómo leer un cuento

Dada la importancia de esta actividad en la relación con nuestros hijos, deberíamos intentar hacerla lo más ricamente posible. Hay unas sencillas pautas para conseguir que la experiencia sea muy buena para los dos:

  • Elegir un buen cuento. El libro que le vamos a leer le va a enseñar conceptos, valores y le va a generar emociones. Es obvio, pero debemos buscar un cuento adecuado a los valores que queremos educar y a la edad del niño (algunos cuentos para niños mayores pueden generar miedos en los pequeños).
  • Buscar un momento adecuado. Generalmente, este momento suele ser la hora de acostarse. Debemos dedicar un tiempo en exclusiva para contar un cuento. Si lo hacemos con interrupciones o con prisas el niño puede sentirse frustrado o decepcionado. Podemos intentar organizarnos para tener todo preparado antes de acostarnos y no estar pendientes de otras tareas. Aunque la noche es el momento más común para contar un cuento, no debemos reducir esta actividad a ese tiempo: contar un cuento es una muy buena actividad a cualquier hora del día.
  • Un cuento de calidad. Los niños querrán que les contemos dos, tres, cuatro, mil cuentos. Pero nuestro tiempo es limitado. Mejor que leerle varios cuentos, es más interesante que leer un solo cuento pero con calidad, enriqueciéndolo, haciéndole disfrutar de él.
  • Dejarles hacer. Desde muy pequeños debemos hacerles suyos los cuentos. Dejarles que los cojan, los manipulen Les enseñaremos que no se deben romper, pero les dejaremos que sean ellos quien los abran, pasen páginas y tiren de los desplegables. Según van creciendo, les haremos responsables de su pequeña biblioteca, dejando que los elijan, ordenen y guarden.

Los cuentos son una gran herramienta para la educación y el disfrute. Con ellos, también los padres vamos a aprender y disfrutar.

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