En ocasiones, solemos demorar demasiado tiempo tareas que tenemos que hacer. Esta tendencia llamada dilación o procastinación, suele tener consecuencias no deseadas, e incluso reducir nuestro bienestar (puede interesarte: El desorden nos puede hacer infelices).
Quienes tienen tendencia a demorar las tareas lo suelen hacer en todos los ámbitos de su vida (estudios, hogar, trabajo, deporte). Hay varios condicionantes psicológicos que hacen que nos cueste emprender una tarea, y podemos caer en la tentación de retrasarla. Pero el no afrontarla a tiempo puede llevarnos al estrés (a medida que la fecha límite se acerca) o a la frustración (por no haber podido realizarla adecuadamente).
Vamos a ver algunos consejos que pueden ayudarnos a evitar la dilación.
- Identifica lo que te retrasa – Si no emprendemos una tarea inmediatamente es porque existe algo que nos lo impide. Vamos a indagar que es lo que es. Puede ser simplemente la falta de motivación, la falta de tiempo, un bloqueo emocional,…
- Empieza ahora mismo – El movimiento se demuestra andando, dice el dicho. A veces, es mejor actuar que pensar. Empezar la tarea, aunque sea poco, aunque sea de forma desordenada, va a suponer poner en marcha la maquinaria. Va a aportarnos la inercia necesaria para seguir con ella.
- Piensa en las consecuencias de postergarla – Debemos tener en cuenta que supone no hacer la tarea, así como, las dificultades que va a representar tener que hacerla con tiempo limitado si la retrasamos. Vamos a buscar la motivación necesaria para afrontarla.
- Empieza por la parte más grata – Algunas tareas se retrasan porque no nos gustan. Para empezar, vamos a ir a esa parte que no nos disgusta tanto o que incluso nos puede ser agradable. Ya haremos las partes desagradables más adelante, pero de momento, ya hemos empezado.
- Divide la tarea en partes – Puede que la tarea se nos haga enorme, inasumible. Podemos establecer pasos, etapas o partes. Dividir la tarea en subtareas e ir afrontado cada subtarea una a una. El camino se hace con diferentes pasos.
- Busca aliados – Las tareas compartidas son más fáciles de realizar. No se trata de descargar tus responsabilidades en otros, sino que compartir retos (si es posible) con otras personas que tengan que realizar tareas similares. Es más fácil acudir regularmente al gimnasio si vas acompañado.
Siguiendo estos consejos nos será más fácil afrontar las tareas que tengamos por delante. Y es importante siempre tener retos en la vida.